La gira de Verso-Meta, el musical de Tardes de Garaje, no podía llegar a su fin sin una visita por el sur de la península. El sábado 30 de noviembre a las 9:30 horas cargamos todos los accesorios y equipo de sonido necesario en la furgoneta de Asociación Garaje y pusimos rumbo a Padul, Granada. Nos quedaban por delante unas cuatro horas y media de carretera acompañadas por música electrónica y bellas instantáneas.
El viaje se hizo más corto de lo esperado y a la hora de la comida ya estábamos aparcando en frente de nuestro alojamiento para las próximas horas en El Padul, apenas había tiempo de margen, llegar, colocar el equipaje y material técnico en las habitaciones, comer e ir directamente a las pruebas de sonido para dejar todo listo de cara a la actuación y conocer a los responsables de la Casa de la Juventud de Padul, que gracias al Ayuntamiento de Padul hicieron posible esta nueva aventura. A las 16:30h comenzamos con el montaje, chequeo de equipos y ruteos, y acto seguido las pruebas, cada joven del grupo fue cogiendo su respectivo micro y cantando su tema para realizar los ajustes necesarios, era la ocasión para corregir cualquier característica de los plugins y pistas del DAW, repasar el guión, hacerse al espacio de amplias dimensiones y ponerse a tono, nunca mejor dicho.
Tras dos horas a full llegó el momento de la verdad, el reloj marcaba las 19:00h y las luces del Centro Cultural Federico García Lorca se apagaron para dar paso a la voz en off tan singular de Jared, miembro de Tardes de Garaje y parte del elenco actoral, que explica al público resumidamente lo que están a punto de presenciar, el VERSO-META.
Unas voces de fondo detrás de las cortinas desvelaban varias conversaciones mientras un grupo de chicas y chicos aparecía tras el telón, un altavoz llamaba la atención de la escena y un gesto de darle al play soltaba el primer beat de la tarde, las primeras barras dejaron un buen sabor de boca. Tras el primer acto, una luz cálida de habitación se apoderó de la escena para comenzar a entender la trama, los 50 minutos del musical se dividen entre el rojo, el metaverso, el mundo virtual, y el azul, el versometa, la realidad. Las actuaciones suceden tan rápido que si parpadeas te pierdes contenido clave de la obra, de repente Miguel, el protagonista, está solo en su cuarto cantando como que pasa a tener acompañantes que le dan ritmo a los diálogos, el público de la sala se sorprendió por el trap sentimental de KidFlow, se enamoró con una balada de pop de Artik1, enmudeció con un reggaetón lento de Ana “Lova”, se activó con un drill virtuoso de Dreatt, cayó en el profundo desamor con el dúo estelar entre Djr y Alexis, creyó en el trasfondo la religión a través de Sofia Buc, bailó la cultura y vio las fronteras con MD_King y sus ritmos africanos, entendió el alcance de la tecnología con los toques electrónicos de Brandonbvz, pasó por las redes de la manipulación, la tela de araña del miedo al fracaso y la musicalidad del amapiano, hasta llegar a la motivación de un coro pegadizo sobre un reggaetón fresco que culminó la fiesta versometera de estos jóvenes por todo lo alto.
Al día siguiente nos perdimos toda la mañana por las calles de la bonita Granada, porque habiendo ido para hacer arte, ¿cómo no íbamos a respirar el arte de esta ciudad? Los rostros brillaban de alegría y satisfacción, nada podía ensombrecer todo el recorrido desde aquella acampada en febrero del 2022 donde nació la Idea Generadora del proyecto y gira Verso-Meta. ¿Ha sido esta la última interpretación del primer musical de Garaje? Sólo el tiempo y el verso lo dirán, son la meta.