Durante los meses de septiembre y diciembre de 2020 estuvimos realizando un taller de rap y vídeo en el Centro Municipal De Acogida Para Personas Sin Hogar Juan Luis Vives, esta vez pusimos sobre la mesa una idea diferente a la de años anteriores, grabar una pieza audiovisual con un enfoque más cinematográfico y descriptivo para el proyecto Mi Lugar.
Una buena lluvia de ideas para empezar a desgranar el proyecto, los primeros días salieron conceptos muy interesantes relacionados con lo que era un puente para ellas y ellos; una videollamada, un lugar, una conversación, etc. El siguiente paso fue buscar significados enfrentados, un punto de vista negativo y otro positivo.
Luego cada persona escribió en prosa sus vivencias, lo que le ayudaba a seguir adelante, gustos, recuerdos, después de manera voluntaria leyeron lo que habían escrito y se lo explicaron al grupo.
Posteriormente, nos pusimos bolis al folio para sintetizar todo eso en cuatro frases, para ello había que seleccionar lo que era más importante para ellos y ellas y que por lo tanto debía aparecer en la poesía. Fue un proceso lleno de creatividad para encontrar las palabras perfectas y el tipo de rima de sus poemas.
Una vez escrito, llegaba el momento de ponerle voz a esos versos, en esta fase trabajamos la vocalización, el tono y la interpretación con varios juegos y técnicas. Hicimos varios ensayos para ganar confianza de cara a la grabación de audio y vídeo, también apuntamos referencias visuales con las que se identificasen, y a la hora de la verdad se comieron el micro y la cámara con una actitud increíble.
Es el tercer año que podemos compartir espacio con la gente del JLV, a la que ya consideramos como parte de nuestra familia, su forma de entender la vida, de darlo todo a pesar de que el camino no les haya tratado como esperaban.
Volver a casa cada miércoles y viernes con una sonrisa en la cara por haberles visto disfrutar con cada dinámica, con el alma tocada por escuchar su voz rota al contarnos sus historias. Y es que lo mejor de las sesiones era cuando se alargaban en los pasillos, hablando sin filtros, haciéndonos fotos y transmitiendo cercanía en tiempos de tanta distancia física.
Esto es el “El puente” de sus vidas, un vídeopoema escrito e interpretado por ellas y ellos.