En ETL Garaje creemos en la educación como medio para cambiar el mundo, llueva, truene o nieve. Por eso, este fin de semana estuvimos de acampada formativa en Mangirón, una de las joyas que tiene la Sierra Norte de Madrid.
En esta ocasión, contamos con un grupo de Madrid y otro de Lozoyuela y sus macutos, equipados con todo lo necesario para exprimir la experiencia y mucha ilusión. El sábado, a primera hora, nos encontramos en el Albergue Sierra Norte, donde nos pusimos cara y pudimos conocer a los que iban a ser nuestros compañeros y compañeras en esta formación. Sin dejar pasar más tiempo, nos pusimos manos a la obra y el equipo de Madrid comenzó con su primer bloque formativo. Tenían la labor de poner en práctica la teoría del curso para conseguir formar un equipo de profesionales que consiguieran logar los objetivos de la acampada ¡trabajando colaborativamente!
Para empezar, no podía faltar nuestro famoso wéndigo ¡Ya sabéis! Y, si no, tenéis que veniros a una de nuestras acampadas. Continuamos con el primer bloque donde nos dedicamos a romper el hielo, reír y empezar a conocernos. Unos primeros pasos igual de divertidos que de importantes a la hora de formar equipos bien engranados.
Después de la comida, estuvimos trabajando en nuestro wéndigo, algunos, y otros preparando el bloque de la tarde. Este segundo bloque estuvo compuesto por dinámicas orientadas a fomentar el trabajo en grupo y la comunicación. Gincanas colaborativas, piezas artísticas conjuntas, etc. Una tarde repleta de creatividad a través de la cooperación. Tras la cena, llegó el momento de la velada. Un espacio donde poder profundizar en las relaciones interpersonales y afianzar los lazos que fuimos creando desde la mañana, cerrando así una gran jornada y preparando a los grupos para el bloque del domingo, que iba a ser muy intenso.
Nos volvimos a ver en el desayuno. Las caras lo decían todo, la acampada estaba siendo un éxito y la gente tenía muchas expectativas en el domingo, el último bloque de formación y el wéndigo. Llegada la hora, dio comienzo en tercer bloque formativo. En él estuvimos trabajando de una manera mucho más unida, como un verdadero equipo. Pasamos por diferentes actividades y dinámicas que nos hicieron compenetrarnos aún más.
Todo aquello estuvo orientado a que consiguiéramos trabajar como un equipo unido para superar el último reto que cerraba el domingo y para el que era necesaria la colaboración de todas las personas de la acampada. ¡Fue un éxito! Cerramos el tercer bloque con el reto más que cumplido y con una sensación de pertenecer a un equipo de profesionales más que capaz de encargarse de cualquier cosa.
Cerramos el domingo y la acampada con nuestro famoso wéndigo. Hemos de decir que fue especialmente emotivo. Un reflejo del buen hacer durante la acampada. ¡Nos vemos en la siguiente y esperemos que con un poquito menos de frío!