Por Ana Sáez
Buscando Fortuna es un proyecto comunitario que Asociación Garaje lleva a cabo desde noviembre de 2015 en el barrio de La Fortuna, en Leganés. Su objetivo es generar sinergias vecinales positivas intercambiando saberes y experiencias entre sus participantes. Una de las patas fundamentales de este proyecto ha sido el poder contar con personas en prácticas procedentes de diversos ámbitos (Integración Social, Psicología, Educación Social, Ocio y Tiempo Libre, …), que han ayudado tanto a la buena marcha cotidiana de las actividades como a la confluencia de diferentes maneras de ver el mundo. Una de esas personas es Ana, estudiante de Grado Universitario de 4º Psicología de la Universidad de Alcalá de Henares. Hoy ella nos narra su experiencia.
Esta experiencia comenzó cuando seleccioné a Asociación Garaje para hacer mis prácticas porque en su proyecto Buscando Fortuna encontré lo que me complementaría profesionalmente y me devolvería mi antiguo hobby: el rap. Con muchas dudas y algo de miedo, llegó el primer día que llegué al barrio de La Fortuna para conocer el proyecto en su totalidad.
En primer lugar, las y los educadores me acogieron como a una más. A los pocos minutos de conocerles ya me sentía parte del proyecto y este sentimiento se ha ido agrandando conforme han ido pasando los días. Todo el equipo me ha hecho sentir como en casa, me ha tenido en cuenta en todo momento y, sobre todo, ha logrado que, indirectamente, me reafirmara hacia dónde quiero enfocar mi futuro personal.
De los chicos y las chicas de Buscando Fortuna me sorprendió la capacidad que tienen para componer, rimar, rapear y plasmar en una canción sus propios sentimientos y es por esto por lo que creo que congeniamos a la perfección. Siempre se mostraron tal y como eran, desde el primer momento fue muy fácil aprender de ellos y de ellas.
Cuando escribo esto es inevitable que me emocione porque estas prácticas han sido MÁS de lo que podría esperar. Asociación Garaje hace un trabajo ejemplar en este proyecto enfocado a la educación no formal y proporcionando a las chavalas y a los chavales una vía de escape para sus sentimientos. Arturo, Jéssica, Alejandro y Joel han sido unos compañeros excepcionales que siempre han estado al pie del cañón y dispuestos a hacer de estas prácticas una experiencia inolvidable. De Enrique, Guille, Samir, Naim, Ainhoa, Lucía Sánchez, Alba, Rubén, Lucía González, Roa, Antonio y Ezequiel me quedo con cada una de las muestras de cariño que me han dado a lo largo de este tiempo y que conseguían mejorar todos mis días. Y, por último, Luz y Tabo, GRACIAS por darme la oportunidad de vivir esta experiencia que jamás olvidaré.