Han sido unos meses muy intensos en todos los sentidos. Para poder comprender lo que vivimos la tarde del veintiuno de diciembre de 2018 es necesario volver la vista atrás y repasar todo el proceso que ha supuesto el taller de rap que Asociación Garaje ha desarrollado en el Centro Municipal De Acogida Para Personas Sin Hogar Juan Luis Vives.
Tres meses atrás, aproximadamente, llegamos al centro de acogida con un proyecto muy ilusionante en lo personal y de innovación en cuanto a la metodología se refiere.
Nos recibió un salón de actos que, debido a la antelación con la que llegamos, esperaba vacío y que pronto rebosaría vida y creatividad. Entre otros menesteres que son habituales en los talleres de rap tradicionales, llegamos con una compleja y recién elaborada guía didáctica. Nuestro objetivo se centraría en generar un proceso orgánico a lo largo de quince sesiones que tuviera la capacidad de mutar y la elasticidad para admitir e integrar los diferentes contextos que pudimos prever en base a nuestra experiencia y otros que tratamos de imaginar y anticipar.
Durante las sesiones, las ideas preconcebidas se fueron ajustando a las realidades cambiantes. Las etapas del proceso se fueron solapando y fusionando algunas semanas. Estábamos creando un ambiente que tenía identidad propia y pedía que expresáramos constantemente. Nunca paramos de explorar de manera introspectiva, sólo cambiamos los prismas y las herramientas. Desde el interior, desde la vivencia personas hacia la empatía colectiva, el contexto y el conocimiento.
Durante el camino, nos hicimos conscientes de cómo nos situamos en el mundo y de cómo nos relacionamos con esa construcción personal que hacemos de nuestro entorno y la sociedad.
Es de este trabajo de semanas de donde sale una ubicación. Un lugar dinámico que cambia, que se traslada poco a poco y cada día al futuro sin dejar de ser un devenir que comienza inmediatamente ahora.
Es de esta idea primigenia de donde nace “Mi Lugar“. Y es del espacio afectivo y de creación que generamos desde el principio de donde “Mi Lugar” se nutre de empatía, de ilusión y de la acción de un futuro que deseamos alcanzar.
Ahora sí, el día de la fiesta de presentación ya estábamos un tiempo antes preparando toda la logística. Los chicos y chicas del taller estaban preparando a conciencia cada detalle. Desde llenar el salón de actos con todas las sillas posibles que cupieran, en perfecta cuadrícula, hasta del cáterin. Otros iban buscando a todo el mundo para recordarles la hora exacta de la presentación.
Al poco tiempo, el salón de actos comienza a llenarse, se llena de un ambiente acogedor que pensamos que iba a ser la antesala perfecta del evento. Estábamos algo equivocados, pues, a escasos minutos de empezar, seguía llegando más gente.
Más y más gente ocuparon los últimos resquicios de espacio que quedaban al fondo y entre las columnas del espacio. Ya no cabía, literalmente, ni un alfiler.
Comenzamos con un pequeño show musical con artistas del rap y el cante: Artes, Adormidera, Joel RD y Géminis. La acogida es espectacular. Había gente que ya conocía algún contenido del show y mucha otra para la que era una sorpresa.
Con el ambiente ya encendido, era el momento de presentar el videoclip “Mi Lugar“. Y cuando me refiero a proyectar realmente quiero decir concluir un ciclo con sentido, avanzar, dotar de significado a todo el trabajo que venimos desarrollando en el taller. Me refiero a cumplir expectativas y a poner en valor toda la confianza que nos han dado durante todo este tiempo.
Las luces se apagan completamente. La pared sobre la que vamos a proyectar permanece negra, apenas rebotando la más mínima luz. Los cuchicheos se desvanecen para dejar paso a una silenciosa expectación. Parecería mentira que se tratase de la proyección de un videoclip cuya letra nos sabemos perfectamente todas y cada una de nosotras en el salón de actos.
Una imagen gigante, borrosa y a contraluz rebota en la pared. Son figuras que se mueven. Se enfoca y se reconocen perfectamente a los y las jóvenes de la proyección. Esta secuencia está en un segundo plano mientras se escucha un poema que nos mete en el contexto. La fuerza del momento está en un punto álgido cuando de repente la instrumental rompe.
Si alguien me preguntase alguna vez qué es prestar atención con todos tus sentidos diría que es lo que ocurrió durante los siguientes cuatro minutos en el salón de actos del Centro Municipal De Acogida Para Personas Sin Hogar Juan Luis Vives el día veintiuno de diciembre de dos mil dieciocho. Me sorprendió la intensidad con la que presenciaban la proyección del videoclip, ciertamente, pero no me esperaba, de ninguna manera, cómo lo estaban viviendo los y las participantes del taller. Pareciera que no hubiéramos estado sesiones grabando sus partes de la canción ni grabando las piezas de vídeo. Permanecían con felicidad incrédula comprobando el resultado de su trabajo conjunto, totalmente sorprendidos de verse en la gran pantalla. En ese momento no hubierais podido distraerles de la proyección con ninguna triquiñuela imaginable.
Todo siguió con una emoción mantenida que iba creciendo hasta que aparece en escena J.C., en ese mismo momento el salón de actos rompe en aplausos y gritos. La emoción tan contenida encuentra una fisura por la que explotar y se hace imposible escuchar su rapeo. Todos los vatios que montamos aquella tarde quedaron abrumadoramente sepultados por el amor que se vivió en aquel momento. En fin, nos emocionamos y conmovimos profundamente mientras algunos contemplaban el fenómeno con asombro.
Cuando acabó el videoclip, los aplausos y vítores inundaron a todas y cada una de las personas que participaron del proyecto. Hay un cáterin esperando a que los aplausos paren. No paran.
El perfecto orden de cuadrícula de los asientos ya no es tal. La gente se ha levantado a abrazar y felicitar a los y las protagonistas de “Mi Lugar“. El mensaje subjetivo de cada parte del videoclip ha empatizado con los corazones del público.
Para finalizar, tuvimos el cáterin. La idea era dar un espacio de relación en las distancias cortas. Poder hablarnos y abrazarnos, debidamente. Buscarnos y felicitarnos, personalmente. Nos cuentan que ha superado todas sus expectativas. Gente que ha participado y gente que no, todas nos agradecen el trabajo realizado estos meses mientras reina una alegría serena y digna en el ambiente. Realmente, la gente está muy orgullosa.
Pasados unos días desde aquella tarde que nos desbordó en emociones, publicamos “Mi Lugar” que, en menos de veinticuatro horas, ya tenía más de mil visualizaciones y más de cien likes en YouTube.
Si has leído esto y no has visto el vídeo es posible que te surjan algunas preguntas. Te invito a que conozcas el lugar del que ellos y ellas hablan, su realidad, su ilusión y su amor por la vida: “Mi Lugar“.