El 28 de marzo de 2019, durante la Visita TdG, tuvimos la gran oportunidad de conocer a uno de los ingenieros de sonido y productores musicales más relevantes del Hip Hop en España: Soma.
Soma se acercó al local de Asociación Garaje dispuesto a compartir su visión y su experiencia de más de 20 años de trayectoria profesional, pero no vino a perderse en palabras bonitas y mensajes comerciales, fue directo al grano y así se lo comunicó al grupo.
Sus reproducciones (mil millones) y ventas (doscientas mil copias físicas) que a día de hoy le avalan, son cifras de las que está muy orgulloso “pero que al final del día no importan tanto”. En su estudio de sonido “Lebuqe”, ha trabajado con artistas afamados como Nach, Porta, Ambkor, etc., de los cuales varios han sido discos de oro. Su lado más personal surgió al compartir con las chicas y chicos que tuvo un padre violento y “es posible que a raíz de esa circunstancia, y la obsesión por ser diferente y alejarme de la sociedad, fuese lo que me llevara a adentrarme en el mundo del Hip Hop”.
Por supuesto, en un encuentro con Soma no podía faltar el nombre de ZPU (rapero nacional), su hermano de sangre. Sin querer otorgarse ningún mérito de todo lo que ha conseguido Z en la música, nos dijo que él fue quien le inculcó en el rap y la cultura del Hip Hop.
La parte clave de la charla fue cuando se centró en el precio/coste que cada persona está dispuesta a pagar por conseguir sus objetivos, porque todo el mundo tiene sueños, pero la mayoría nunca llegan a materializar lo que tenían en su cabeza, esa energía e ilusión. Soma resaltó la importancia de materializar cosas, él mismo, con 41 años, acababa de publicar su primer libro. No hay límites ni fechas marcadas para materializar, da igual el cómo, el formato, lo importante es el qué. Y siempre intentar hacer que esa materia sea rentable y te genere algo positivo.
Sólo faltaba un ingrediente extra para dar por finalizada la visita de Soma, y no podía ser otro que el Garaje Live de marzo. Fue sin duda alguna el mejor hasta la fecha, cada tema fue generando un subidón de energía hasta alcanzar el momento épico de la tarde que llegó con un estribillo que decía “¡Para pa-para! ¡Para pa-para!”. Aunque Tardes de Garaje no se para ¡Pa-para!