Después de muchos meses de preparación, ¡llegó el Escape Room de El Berrueco!
Basándose en las viejas leyendas del pueblo, las y los jóvenes del grupo de premonitores han ideado divertidos acertijos y enigmas que los habitantes han de resolver para así “acabar con los males que acechan al pueblo”. Este sería el objetivo de nuestro juego de estrategia.
El pasado 26 de junio, con todos los preparativos listos, el Berrueco se llenó de magia y misterio. Nos equipamos con los disfraces que habíamos creado (¡desde los más atemorizantes monjes hasta terroríficas brujas!), así como todos los complementos necesarios, y nos dispusimos en nuestros puestos.
Todo comenzó en la plaza del pueblo, donde se hizo la entrega de los amuletos, gracias a los cuales debían descifrar el mensaje oculto que escondía el puzle gigante que allí había. Ese mensaje los enviaría a la iglesia, donde los habitantes superaron con éxito todas las pruebas que las brujas habían preparado para ellos. Se hicieron merecedores de un mapa mágico, con el que debían descubrir donde se hallaba la siguiente pista.
Así pues, descubrieron que debían atravesar el pueblo para dirigirse al campo de fútbol. “¡El verde! ¡El verde!” gritaba desde allí (rodeado de globos naranjas, rojos, amarillos y azules), el joven monje, uno de los premonitores, quien consiguió meterse por completo en el papel. Se trataba de la siguiente pista.
Pronto averiguaron que haciendo explotar los globos de los colores con los que se consigue el verde (amarillos y azules), encontrarían nuevas señales: dos papeles que si los unían conformaban un nuevo enigma. Cerca de allí, se les hizo entrega de una caja cerrada con un candado. Efectivamente, resolviendo el enigma consiguieron abrir la caja. Dentro se encontraba el acertijo final: debían averiguar el color del humo que en unos instantes iba a rodearles y a revertir la maldición, y…. ¡boom! ¡amarillo! ¡CORRECTO!
Los habitantes triunfaron en cada una de las pruebas, desde la primera hasta la prueba final; consiguiendo así ahuyentar el mal del pueblo… Y, logrando, no menos importante, disfrutar de una divertida mañana gracias al trabajo que hemos venido desarrollando estos meses durante el curso de premonitores de ocio y tiempo libre de El Berrueco.